Te extraño en demasía, con una sin sazón tan grande que me siento como un maniquí de fantasía parada en la avenida de la vida sin sentir, ni pensar, sólo anhelando que llegues para volver a vivir.
Extraño tu voz, esa voz bendita que me acaricia al pronunciar mi nombre y me llena de caricias orales, llenando espacios vacios y hambrientos de tu presencia y amor.
Extraño la ansiedad que tratas de ocultar pero que siento y presiento en cada sílaba, en cada tea mo que me dedicas.
Extraño los deseos compartidos, los sueños repetidos tantas veces y me es imposible olvidar que eres parte de mi pasado y presente y dueño del futuro que no canso de esperar.
Te extraño a ti y a esa en la que me convierto cuando me dices "chiquita".
Extraño tu voz, esa voz bendita que me acaricia al pronunciar mi nombre y me llena de caricias orales, llenando espacios vacios y hambrientos de tu presencia y amor.
Extraño la ansiedad que tratas de ocultar pero que siento y presiento en cada sílaba, en cada tea mo que me dedicas.
Extraño los deseos compartidos, los sueños repetidos tantas veces y me es imposible olvidar que eres parte de mi pasado y presente y dueño del futuro que no canso de esperar.
Te extraño a ti y a esa en la que me convierto cuando me dices "chiquita".
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